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COVID-19 y embarazo

Millones de madres de todo el mundo iniciaron la maternidad en un mundo sin pandemia y otras en medio de esta. Ahora han de prepararse para traer un bebé a un mundo totalmente diferente, donde inesperadamente ha cambiado por completo nuestras vidas.

Se sabe que las embarazadas experimentan cambios fisiológicos e inmunológicos que les hacen más susceptibles a cualquier infección viral y bacteriana.

Las Infecciones por otros virus respiratorios como el virus de la gripe u otros tipos de coronavirus como el SARS o el MERS, se han asociado a complicaciones en el embarazo. Por ello, las embarazadas se han incluido entre los grupos vulnerables frente al nuevo coronavirus y son uno de los grupos prioritarios de estudio.

Pero, solo con el avance de las investigaciones científicas se podrá determinar con certeza la influencia real que el SARS-CoV-2, virus causante de la COVID-19, ejerce sobre las embarazadas y su descendencia, así como aquellos factores que modulan la enfermedad.

En este sentido, existe alguna evidencia científica disponible hasta la fecha sobre la gravedad de la enfermedad en las embarazadas, y el riesgo de las complicaciones durante el embarazo y en el neonato, según un informe científico-técnico del Ministerio de Sanidad de España, publicado en el portal de Infomed.

Dicho informe destaca que el virus no está presente ni en la leche materna ni en el cordón umbilical. Tampoco en el líquido amniótico. Por tanto, consideran que la transmisión de la enfermedad de la madre al bebé solo puede producirse por un contacto estrecho entre ambos.

Sin embargo, reconocen que se han observado algunos casos de transmisión vertical del SARS-CoV-2. Ejemplo de ello, fue el caso inédito de unos trillizos nacidos el pasado 17 de junio, en México, dos niños y una niña, quienes al nacer fueron sometidos a la prueba PCR y los tres resultaron positivos.

Algunas evidencias sugieren que la mayoría de las embarazadas podrían pasar la enfermedad de forma leve o asintomática, como sucede en alrededor del 80% de la población general; y que las manifestaciones clínicas, de laboratorio y radiológicas tampoco parecen diferir; tal y como ya se evidenció en la serie de 147 mujeres embarazadas estudiada por la misión de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en China, con el 8 % de los casos de enfermedad grave y 1 % de enfermedad crítica.

Con la información científica disponible hasta el momento, con la máxima precaución, dado el número limitado de casos estudiados, el informe concluye que:

- La mayoría de las gestantes infectadas por SARS-CoV-2 pasarán la enfermedad de forma leve o asintomática. La neumonía en las pacientes embarazadas no parece ser más grave que en el resto de la población.
- La infección madre-hijo ocurre de forma mayoritaria por contacto directo, pero hay algunas evidencias de transmisión vertical.
- Se han observado complicaciones durante el embarazo en mujeres que presentaban infección por SARS-CoV-2 pero no se ha podido discernir si se debían a la presencia del virus o a complicaciones propias del embarazo.
- La infección perinatal por SARS-CoV-2 puede estar acompañada de efectos adversos sobre los recién nacidos, pero tampoco está claro si estos efectos son diferentes a los observados en la población general.
- En principio, la infección no se transmite por lactancia materna a través de la leche materna, pero sí por el contacto físico. Vale señalar que la OMS, recomienda la lactancia materna exclusiva en los primeros seis meses de vida también durante la pandemia, pero asegurándose de que las infectadas toman ciertas medidas al amamantar, pues como se sabe, el virus se propaga a través de las microgotas que se expulsan al toser o estornudar.

No obstante, aún no hay suficientes estudios para saber con cuáles son los efectos de la COVID-19 durante la gestación, se dice que lo único que puede aclarar las dudas sería comparar embarazadas y no embarazadas de edades similares.

También existe una preocupación sobre los posibles efectos del estrés de la pandemia y sus consecuencias sobre los bebés nacidos o concebidos en estas circunstancias anómalas.

Atención a las gestantes en Cuba en tiempos de COVID-19

Pese a la situación epidemiológica que ha enfrentado el país desde el mes de marzo, el Programa Materno-Infantil (PAMI), del Ministerio de Salud Pública (Minsap) ha garantizado a todas sus gestantes la atención prenatal como está establecido en el país.

Se mantiene el seguimiento prenatal, extremando las medidas de prevención, con diez consultas durante todo el embarazo, pero si se determina que la gestante presenta un elevado riesgo, estas se incrementan en frecuencia y se les garantiza la consulta por especialistas de la Atención Primaria y Secundaria de Salud.

Las gestantes que padecen hipertensión, diabetes u otros riesgos, se les realiza el seguimiento determinado en la guía de actuación vigente y los protocolos de trabajo, y una vez diagnosticado el embarazo se establecen consultas en los hospitales provinciales, por los especialistas correspondientes.

En caso de ser diagnosticada con la COVID-19, la atención de la paciente obstétrica y puérperas se enmarcó dentro del protocolo nacional para la prevención, atención y seguimiento de los pacientes con esa enfermedad.

A su vez, la Isla cuenta con un total de 132 hogares maternos, los cuales se han mantenido funcionando durante toda esta etapa y mantienen todas sus actividades para garantizar la atención de las gestantes, con las adecuadas regulaciones sanitarias.

En estos se concentran fundamentalmente las pacientes de mayor riesgo en los ubicados en las cabeceras provinciales, por cercanía a los hospitales de referencia para la atención al recién nacido de muy bajo peso.

Palabras clave: COVID-19 y embarazo, SARS-CoV-2, gestantes en Cuba en tiempos de COVID-19, transmisión vertical del SARS-CoV-2

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