Desarrollan jornada para honrar al donante voluntario de sangre

Hace mucho tiempo quedó olvidada en Cuba la época en que la venta de donaciones de sangre era un negocio. Actualmente las personas mayores de 18 años y hasta los 65 años, acuden a donarla de manera sistemática, considerándolo como un acto de conciencia y solidaridad, que contribuye a la realización de numerosas intervenciones quirúrgicas y trasplantes.

Existe un programa del donante voluntario de sangre que garantiza más de 400 mil donaciones de sangre anuales. En homenaje a esta noble acción, del 6 al 14 de junio se realiza una jornada nacional, organizada por los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), en conjunto con el Ministerio de Salud Pública (Minsap).

La jornada de este año es propicia para reconocer la labor de los compañeros que atienden el programa, los bancos de sangre, los médicos y enfermeras de los consultorios, los dirigentes de base, y en especial a cada uno de los donantes voluntarios, incluidos los de plasma y los que fueron positivos a la COVID-19 que también extendieron su brazo para ayudar a otros que luchan contra esta enfermedad.

Para cumplir con este programa el país cuenta con 15 bancos provinciales, 31 bancos municipales, 131 centros de extracción, donde se garantiza una sangre segura, con una rigurosa selección de los donantes.

Específicamente en la capital, las donaciones garantizan la asistencia médica de los 50 hospitales e institutos, así como la implementación de los programas sociales, entre ellos, el de atención materno-infantil. Además, los plasmas y plaquetas son empleados en la producción de medicamentos. Conozca que en el 2019 se transfundieron en Cuba 293 000 pacientes, gracias a este programa.

La jornada inicia el día 6 en memoria a la donación que realizara el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, junto a decenas de cubanos, para contribuir a salvar a miles de peruanos víctimas del terremoto ocurrido en Perú el 31 de mayo de 1970.

Culmina el 14 por ser el Día Mundial del Donante de Sangre, ocasión para agradecer a los donantes voluntarios y no remunerados y concienciar sobre la necesidad de hacer donaciones regulares, para garantizar el acceso oportuno y asequible a sangre y productos sanguíneos seguros y de calidad, como parte integral de la cobertura sanitaria universal y componente fundamental de los sistemas de salud eficaces.

Este año, la provincia de Las Tunas recibió la condición de Vanguardia nacional, en reconocimiento a sus resultados integrales, sobre todo por la sistematicidad en los aportes y el cumplimiento del plan mensual, que en el caso de esa provincia asciende a 1500 y en el año 18 mil. Las provincias destacadas son Cienfuegos, Holguín, Guantánamo y Pinar del Río, con un reconocimiento especial para La Habana.

Donaciones de plasma en el enfrentamiento de la COVID-19

Cuba incorporó el uso de plasma hiperinmune dentro del protocolo médico de actuación para los enfermos de la COVID-19, acción que realizan mediante transfusiones sanguíneas, para provocar inmunidad pasiva en los individuos y darle mayor calidad de vida.

Para estos casos se presentó una propuesta de tratamiento, que tuvo en cuenta las orientaciones de las organizaciones Mundial y Panamericana de la Salud (OMS/OPS), así como los resultados satisfactorios reportados en otros países con incidencia de la enfermedad.

Este consiste en utilizar el plasma de pacientes convalecientes, rico en anticuerpos específicos, para eliminar el virus en los enfermos en estado grave o de cuidado y para una persona en estado crítico que requiriera una transfusión de plasma por cualquier complicación.

Se recolecta este plasma convaleciente desde la persona recuperada y se procesa. Se hace serología (para saber que realmente tenga los anticuerpos), también se comprueba que no haya microorganismos que vayan a transmitir infecciones y se cuenta la cantidad de anticuerpos presentes.

La donación es similar a una de sangre. Se realiza una entrevista al posible donante para descartar que no haya alguna situación de riesgo de transmitir una infección al receptor y luego se hace la donación, en un proceso que dura entre una hora y una hora y media.

Luego, ese plasma sanguíneo es transfundido a pacientes que están cursando la COVID-19 y que no tienen creada su respuesta inmune. No se usa cuando presenta síntomas leves de la enfermedad, porque le confiere más riesgos que beneficios. Sin embargo, es de gran utilidad para los que presentan síntomas más graves.

Aunque en estos tiempos la prioridad no es donar sangre, hay pacientes oncológicos y otros que tienen cirugías no programadas, que la necesitan. Al donarla, se garantizan las transfusiones de sangre, las cuales contribuyen a que pacientes con enfermedades potencialmente mortales tengan una mayor calidad de vida, y posibilitan la realización de intervenciones médicas y quirúrgicas complejas. Tienen una función vital en la atención materno-infantil, el embarazo y las respuestas de emergencia a los desastres naturales o causados por los seres humanos.